Después de releer tu libreta roja, he estado haciendo memoria. Y me he dado cuenta de una cosa. Después de lo que tu me hiciste pasar el 6 de marzo yo no fui tan duro al pensar en ti, como lo fuiste tú en su momento conmigo.

Al fin y al cabo lo que yo provoque vino como vino, sin buscarlo y sin quererlo. Pero tu llegaste a pensar de mí que sentías asco. Que yo era uno mas y otra serie de cosas que me han hecho daño al releer.

Yo, de ti, no pensaría eso, nunca pensé que eras una mas, nunca pensé que hacías lo mismo que hacen todas las mujeres.

En un párrafo dices que eres mi mujer, pues bien, te equivocas. Según tu misma simplemente eres mi novia.

En otro párrafo dices que ya no te quieres adelgazar, pues vale yo ni te lo he pedido ni te lo pediré. Pues te quiero a ti no solo a tu cuerpo. Te amo a ti y no a tus curvas. Así que si con eso pretendías darme castigo... el único que sufriría por ese castigo serias tu. Yo me aguantaría, si no estás cañón ¿qué le voy a hacer?. Siempre es más apetecible un cuerpo cuidado, pero yo no te dejaría por muy gorda que estés. Quizás es que soy un poco Leo.

Me duele leerte rabiosa conmigo, me molesta que tu forma de pensarme fuera con insultos. Yo nunca he pensado en ti con esos calificativos. Es más, cuando el 6 de marzo leí lo que leí, a quien culpaba era a mí.

Esto me llevo a hacer cosas que ni yo mismo me imagine que seria capaz de hacer...
Sí, me refiero a todo lo que te escribía, creo que me lo tome como una competición ( ¿te suena? ). Sí, igual no te gusta leerlo, pero creo que ya me cansé de esa competición. Competir contra alguien que tiene diez años mas de experiencia que yo, no es fácil. Y más aún cuando yo mismo te animo a que le contestes y no lo dejes colgado. (Seré gilipoyas).

Hoy hasta aquí puedo seguir, si algún día me da, volveré a escribir algo.